Alpes alemanes II (en casa del rey loco)

Esto es un cuento de hadas!!! Hoy hemos empezado la jornada sobre la 10 y la cita estrella del día era la visita al castillo Neuschwanstein, el de Luis II de Baviera, el rey loco. No veas el muchacho la chocita que se mandó hacer. Se supone que Disney se inspiró en él, y la verdad es que así lo parece. No sólo es alucinante por la construcción, sino por el enclave, a 1.000 metros de altura con unas vistas impresionantes sobre los lagos Alpeese y Forggensee y sobre la garganta del Pollack. La subida puede hacerse caminando, pero cuando hemos visto el cartelito que decía, a pie, 40 minutos, nos hemos mirado y hemos dicho !!qué viaje más lindo en autobús!! Hemos comprado nuestro tícket y hemos llegado como unos reyes.
Luego hemos comido en Fussen, pueblo fronterizo con Austria y que también tiene el encanto de toda la zona, con todas las casas pintadas de colores.
La tarde la hemos dedicado a conocer el pueblo donde está nuestro hotel (Schwangau). Es el típico de las postales, con las casitas de madera cargadas de flores en los balcones. Tiene 3.000 habitantes, pero no sabemos dónde se meten. Q barbaridad!!! Q vida lleva esta gente. El camarero de nuestro hotel, Claudio, nos ha explicado que se levantan sobre las 6 de la mañana (aquí amanece muy temprano), a las 7 ya han desayunado, a las 12 están comiendo y a las 6 de la tarde cenando. Luego, al agujero. La verdad es que la temperatura no invita a otra cosa, porque aunque hoy ha hecho un día buenísimo, cuando se ha ido el sol la temperatura ha bajado una barbaridad. Con esos horarios, os podéis imaginar que nosotros siempre vamos contrareloj. Hoy sí hemos cenado como buenos alemanes (bueno, un poco tardíos). A las 8 y media estábamos con nuestro plato de carne por delante, por cierto riquísima.
Muchos besos. Mañana más. Muuuaaaak
Por cierto, la última foto de este post es del mismo momento en que estamos escribiendo estas letrillas y mientras chateábamos con Cris por el messenger. Bsoooooossss